El Gobierno cántabro aparca el puerto deportivo de Castro

 El proyecto, con un presupuesto de 35 millones, despertaba desde hace años fuerte rechazo en el municipio

La construcción del muelle deportivo de Castro ya no levantará mar de fondo, al menos de momento. El director de Puertos de Cantabria y Obras Públicas, José Francisco Sánchez Cimiano, ha salido al paso de un comunicado emitido por la plataforma 'Salvar la Bahía' donde se denunciaba la «persistencia» del Ejecutivo autonómico en el desarrollo del proyecto. El colectivo ecologista ha jugado un activo papel en la oposición a la obra, cuyo punto álgido fue la concentración en marzo de 2010 de más de mil personas en la plaza del Ayuntamiento. Cimiano no ha descartado el puerto de forma definitiva, aunque asegura que no figura en la agenda regional.

Sobre la reparación del dique norte del municipio, el llamado rompeolas, se garantiza su materialización, cuando haya «disponibilidad económica». La intervención está avalada por el Ayuntamiento, que ya ha incidido en su necesidad. Incluso 'Salvar la Bahía' demandó su acondicionamiento. Sin embargo, el extitular de Obras Públicas, José María Mazón, señaló que esta actuación no se podía desvincular de la obra global, una postura tachada de «chantaje» por el anterior alcalde, Fernando Muguruza.

El puerto deportivo nació envuelto en polémica. En 2007, los ecologistas denunciaron sin éxito el anteproyecto ante el Tribunal Superior de Justicia de Cantabria. Un año después, la obra cobró un significativo impulso con la aprobación del Plan de Puertos e Instalaciones Portuarias de Cantabria, que recogía actuaciones en las infraestructuras de titularidad o gestión autonómica, ejecutables antes de 2013. Aunque el plan recalcaba su rango «imperativo», el clamor desatado contra la obra llevó al Ayuntamiento a reivindicar la creación de una comisión mixta, además de una consulta popular. Ambas propuestas fueron desechadas.

Diez millones de deuda
 

El parking de Amestoy, inaugurado el pasado agosto, supone la primera fase del proyecto. 'Salvar la Bahía' sostiene que los beneficios que generen las concesiones del aparcamiento se destinarán a la financiación del puerto, presupuestado en 35 millones de euros. El director de Puertos de Cantabria ha rechazado este extremo y sostiene que los ingresos se destinarán a pagar los más de diez millones de euros que la Administración regional adeuda por el estacionamiento. La única actuación contemplada en la bahía es, según el consejero de Obras Públicas, Francisco Rodríguez, la reordenación de los fondeos, «pendiente de un cambio administrativo mediante decreto».

En el equipo de gobierno hay reacciones para todos los gustos. Mientras el primer edil, el popular Iván González, guarda silencio, el teniente de alcalde y líder regionalista, José Ucelay, defiende la construcción del puerto deportivo, argumentando su «impacto positivo» en la economía del municipio. César Barco, concejal de Anexión a Vizcaya, dice por su parte que «no es momento de afrontar una inversión tan costosa», aunque señala que la pérdida de relevancia del sector pesquero obliga a buscar nuevas vías para rentabilizar el puerto. «Una instalación destinada a embarcaciones de recreo sería positiva, aunque sin descuidar la reparación del rompeolas».

Los partidos de la oposición coinciden en su frontal rechazo a la infraestructura. El PSOE es partidario de reordenar la bahía y mejorar el rompeolas, abogando por una intervención «razonable, lejos del macroproyecto planteado, y que en Laredo ha derivado en la existencia de un puerto fantasma».

CastroVerde, partido estrechamente vinculado a 'Salvar la Bahía', se muestra escéptico, alegando el mantenimiento de la partida destinada a la construcción del puerto deportivo -«las palabras deben ir acompañadas de hechos»-, pero respalda la reestructuración de los fondeos. Acuerdo por Castro también considera el proyecto «innecesario», al no demandarlo la sociedad ni las actividades pesquera y recreativa del municipio. «El hormigón debe limitarse a reforzar el rompeolas».

Fuente: El Correo